Una vez más, la ciencia confirma el papel de las bacterias intestinales en enfermedades como el covid-19, diabetes 2 u obesidad. Para que ejerzan un papel protector, la clave está en que reciban alimentos ricos en fibra
Una reciente publicación en la revista científica ‘Gut Microbes’ señala que el 50% de los pacientes infectados por coronavirus han experimentado problemas gastrointestinales. Algunos de los efectos derivados de esta molestia son el dolor abdominal y la diarrea. Este informe revela igualmente que los afectados tienden a tener niveles más bajos de bacterias intestinales que sintetizan ácidos grasos de cadena corta (AGCC) al fermentar la fibra de los alimentos.
Los AGCC juegan un papel fundamental en el mantenimiento de la integridad de la barrera intestinal. Además, son los encargados de regular la función de las células inmunes. Un dato importante de la investigación es que las células que cubren el colon y los intestinos (células epiteliales) a las que se les han aplicado AGCC redujeron la expresión de un gen que codifica un receptor viral clave y de interferón-beta (IFN-beta), un tipo de citocina que fomenta la inflamación.
Las citocinas son proteínas de pequeño tamaño que producen células del sistema inmunológico. Algunos de los síntomas que provoca su liberación son fiebre, secreción nasal, dolores e inflamación en caso de infección viral. Los autores dicen que la presencia de muchas citocinas o ‘tormenta de citocinas’ que presentan los pacientes de covid-19 podría suponer incluso la muerte.
Para comprobar si los AGCC o ácidos grasos de cadena corta de las bacterias intestinales tienen algún efecto en la infección de las células intestinales por el SARS-CoV-2, el equipo encabezado por la investigadora Patricia Brito Rodrigues infectó con coronavirus muestras de tejido de colon de pacientes sanos y células epiteliales que recubren el colon y los intestinos. Los resultados reflejaron que el tratamiento de tejidos y células con la mezcla de AGCC no alteró la carga viral ni afectó la permeabilidad e integridad de la pared celular.
Sin embargo, la aplicación de AGCC mostró una disminución en la expresión de TMPRSS2, una proteína presente en la superficie de la célula endotelial involucrada en la entrada y propagación del coronavirus. Al parecer, investigaciones recientes indican que el bloqueo de TMPRSS2 sería una terapia clínica para combatir el covid-19.
Aunque será necesaria la realización de más estudios que avalen esta idea, el informe encabezado por Rodrigues sugiere que, además de controlar la inflamación originada del covid-19, los AGCC disminuyen el riesgo de sufrir enfermedades inflamatorias